La seguridad estructural es un concepto muy cercano a la percepción que tenemos de seguridad personal y que tiene que ver con las estructuras que nos rodean. Por lo regular al estar en el interior de nuestro hogar o en algún evento de entretenimiento nos sentimos seguros y la mayoría de las veces no pensamos en las características físicas de la estructura en que nos encontramos; sin embargo nuestro estado de comodidad puede cambiar, cuando, por causa de fuerzas externas percibimos una modificación repentina en el equilibrio de la estructura. Las estructuras deben resistir de forma equilibrada las fuerzas producidas por su peso propio y por eventos extraordinarios como los sismos, los huracanes, la lluvia, el viento e incluso el fuego para mantener un adecuado nivel de seguridad estructural, así como la protección de la vida y los bienes de los usuarios. Para lograr esto, las edificaciones deben ser proyectadas y construidas, de manera que su resistencia de diseño sea congruente con el uso al que están destinadas y durante su vida útil deberá dárseles mantenimiento, conforme a los requisitos de seguridad establecidos en los reglamentos de construcción vigentes.